Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1884-1885 (Cortes de 1884 a 1886)
Sesión: 27 de abril de 1885
Cámara: Congreso de los diputados
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: 135, 3676-3677
Tema: Elecciones Municipales de Madrid

He pedido la palabra para dirigir algunas preguntas al Sr. Presidente del Consejo de Ministros sobre las frases que acaba de pronunciar el Sr. Ministro de la Gobernación; pero, puesto que no está aquí el Sr. Presidente del Consejo de Ministros, y dudo que venga (porque si hubiera de venir, yo rogaría al Sr. Presidente de la Cámara que me reservara mi derecho para cuando estuviera presente), yo voy a hacer las preguntas, para que se pongan en su conocimiento.

Primera pregunta: ¿Cree el Sr. Presidente del Consejo de Ministros que los empleados públicos, ya pertenezcan al estado, ya a la Provincia, ya al Municipio, tienen perfecto derecho electoral? Si tienen perfecto derecho electoral, ¿Cree el Sr. Presidente del Consejo de Ministros que pueden hacer uso de ese derecho como lo tengan por conveniente y a favor de las candidaturas que crean mejor? Pues si cree eso el Sr. Presidente del Consejo de Ministros, ¿cree que hace bien el gobernador de Madrid llamando a los empleados para recomendarles las candidaturas que el Gobierno llama ministeriales, para cohibirlos y para amenazarlos? Si cree lo primero el Sr. Presidente del Consejo de Ministros, ¿se puede decir lo que ha sostenido el Sr. Ministro de la Gobernación? ¿Cree que hace bien el Gobierno en tener ocupadas todas las dependencias de todos los Ministerios, hace una porción de días, en sacar listas de los empleados que a los mismos pertenecen, no sólo por duplicado, sino por docenas, porque se ha exigido a cada dependencia y a cada Ministerio que pasen doce listas de todos los empleados que haya, con sus nombres y apellidos y con sus residencias?

¡Ah señores! Ha hablado el Sr. Ministro de la Gobernación del hecho de la coalición. Es verdad, queríamos coaligarnos todos los partidos, incluso el conservador, para poner el único remedio que tienen los males de este país, que es, realizar algún día la sinceridad electoral; pero al ver que el Gobierno se separaba de ese camino y que hacía todo lo contrario de lo que para ese remedio era necesario, nos hemos reunido los demás partidos con éste sólo indicando pensamiento: ver si podemos sacar a salvo la sinceridad electoral. Y cuando estamos reunidos para eso, el Gobierno no deja de cometer violencias. Cuidado, señor Ministro de la Gobernación; cuidado, Sr. Presidente del Consejo de Ministros, con las violencias que se cometen contra el derecho electoral, porque a nosotros no nos será permitido evitar que se responda a la violencia con la violencia. (Rumores en la mayoría). ¿Se puede venir aquí a decir con alarde que se empleará la coalición contra los empleados públicos? (Denegaciones en la mayoría). ¿Qué significan, si no, las palabras del Sr. Ministro de la Gobernación? Significan mucho, porque S.S. no dice nada en balde. (El Sr. Ministro de la Gobernación: Significan algo sin decir eso).

Pues bien, Sr. Ministro de la Gobernación; si al Gobierno le es permitido emplear la violencia contra los empleados (Varios Sres. Diputados de la mayoría: No, no), la violencia será necesario emplear, siquiera para responder a esa coacción del Gobierno de S. M.; de suerte, que si a un empleado se le dice que si no vota por el Gobierno le podrá costar el destino, será necesario que las oposiciones les digan a los empleados que en su día los repondrán con un ascenso.

Señores, ningún Gobierno dice a los empleados que sólo se sostendrán en su destino por votar la candidatura del Gobierno, porque entonces se verán las oposiciones en el caso de decir a esos mismos empleados que si votan la candidatura ministerial serán en su día destituidos. No se puede ir por ese camino de violencia, porque, señores, entrando en él, ¿sabe el Sr. Ministro de la Gobernación a dónde iremos a parar? Pues iremos a parar a la catástrofe, y a la catástrofe provocada por el Gobierno. Por eso quería yo que estuviera aquí el Sr. Presidente del Consejo de Ministros, para que considerando la gravedad del caso, contestase [3676] a estas preguntas que le he dirigido, y diga al gobernador de Madrid que lo que está haciendo está fuera de la ley y que no tiene derecho a hacerlo; que los empleados pueden votar como lo tengan por conveniente. Me alegra ver los signos afirmativos del señor Ministro de la Guerra. Pues si esto es así, ¿para qué se quieren esas listas? ¿Para qué se mete miedo a los pobres empleados que cumplen con su deber, y se les dice si no votáis la candidatura ministerial seréis destituidos de vuestros empleos? (El Sr. Ministro de la Gobernación: No es verdad).

Por eso he pedido la palabra, porque creía que todos hubieran acogido con extrañeza las palabras del Sr. Ministro de la Gobernación; y como he visto que algunos Sres. Diputados las han acogido con aplauso, me asusta la idea de las consecuencias a que puede dar lugar esta conducta.

(El Sr. Presidente le llama la atención por la utilización de la palabra catástrofe en su discurso).

Señor Presidente, yo creo que la misma explicación de la palabra catástrofe iba perfectamente envuelta en lo que había dicho. Yo decía que si se entraba en esta especie de guerra civil, en esta lucha tremenda, en que el Gobierno ordenaba a los empleados que voten la candidatura ministerial, y en que las oposiciones por su parte se veían obligadas a destituir en su día a los empleados que votaran esa candidatura; yo decía que si se entraba en ese sistema, no se podía esperar de él más que una catástrofe; es decir, que no podría haber más que perturbaciones y males para el país. Ésta es la explicación que yo tengo que dar; porque en último resultado, quebrantado, perturbado, violentado el régimen que nos gobierna, señores, se acaba el régimen representativo; y convertida la realidad del régimen en un artificio repugnante, yo repito que no puede haber más que males y daños para el país, y esos males y daños son los que yo encierro en la palabra catástrofe. [3677]



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